lunes, 31 de octubre de 2011

Mis noches...

Y es que una noche da para tanto y tan poco a la vez que acostumbramos los embrujados a deambular por ella como perros vagabundos a hablar, conversar, entablar una especie de dialogo con lo mas insignificante que en ella habite, con la esperanza quizás de encontrar respuesta aun teniendo la certeza de que lo que quizás encuentres tan solo sean mas dudas… Pero tú que me lees… cuántas noches no te sentaste mirando a la nada, creyendo verlo todo y sabiendo que no veías nada… Cuántas madrugadas te sentaste en una embriagadora noche a oír la brisilla veraniega que recorría tu rostro como si de una caricia para consolarte se tratase… cuántas dulces noches has buscado incansable encontrarte con la luna como si ella tuviera la respuesta a tus indecisiones, como si de buenas a primeras te fuera a desvelar la solución de un acertijo que llevas años buscando resolver… Y es que, a los que no sabemos de manillas del reloj, los que sentimos la medianoche como el brillar del sol mas resplandeciente, se nos va la vida en cada segundo que no controlamos, en cada minuto que pasa desapercibido … Los que vagamos de un lado a otro como ermitaños de la oscuridad hemos convertido la noche en un ritual, en una necesidad, en un placer… el placer de sentirte vivo, muy vivo ante un mundo que duerme ahí fuera, a través de tu ventana, al otro lado de tus paredes, al otro lado de la calle…
Y aquí sentada bajo la dulce nube de la oscuridad, esta encendida la luz de mi esperanza, ahí arriba en el cielo, mi compañera, la que no me abandona en mis noches, la que llevo años observando placidamente cada madrugada, la que me regala tranquilidad y sosiego, la que hace sentir muy cerca a los que están lejos, muy lejos… Que bonito saber que allá donde estés estarás mirando a mi misma compañera y la sentirás tan cerca como yo lo hago ahora!!
Y aquí estoy, sentada bajo el cielo del mundo, en el ecuador de una noche en la que me apetece ver en cada una de esas luciérnagas que adornan el sombrío manto que da color al escenario de nuestra vida, a todos los que dais sentido a que esta función amanezca cada día con un nuevo guión, con un nuevo abrir del telón.
Sed felices y no olvidéis nunca que la magia de la vida reside en unos detalles tan pequeños tan pequeños que a veces ni alcanzamos a ver….

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